Hace trece años te sujeté por primera vez entre mis abrazos. Miré al fondo de tus ojos azabache y me enamoré. Se me encogió el corazón de tanto amor, de tanta responsabilidad. Trece años viéndote crecer y aprender. Trece años sorprendiéndome contigo, llorando contigo, riendo contigo. Trece años después y tus ojos negros aún me encogen el corazón de tanto amor, de tanta responsabilidad.
lunes, 1 de febrero de 2016
viernes, 14 de agosto de 2015
Saccargia
Una combinación sorprendente de basalto negro y arenisca levantaron esta basílica en medio del campo sardo. Preside sobre suaves colinas amarillentas por el sol a pesar del esfuerzo de los brezos y olivares de aportar algo de verde al paisaje. Como una cebra cúbica aparece de repente al final de una curva: heroica, impresionante, solitaria, magnífica
martes, 11 de agosto de 2015
¿qué tiene el mar?
Darío es de los que puede estar horas y horas contemplando el agua, las olas, el horizonte.... Sus ojos se pierden en la distancia, el rítmico compás de las olas lo acunan y lo tranquilizan. Su imaginación vuela con cada pez, ermitaño y lapa que encuentra. Está en paz cerca del mar.
domingo, 1 de febrero de 2015
sábado, 27 de septiembre de 2014
escalera de paciencia
Esta culebra escalera se escondía apacible en una pequeñísima rendija entre dos bolos graníticos. Nadie podía sospechar su existencia ni diferenciar ese escondrijo de los otros cientos de bolos que salpicaban la orilla del pantano de Valmayor. Sólo un chico de casi nueve años con una sensibilidad exquisita para encontrar vida donde los demás solo vemos arena podía intuir que justo ahí descansaba esta culebra. La buscó y distinguió su delgado cuerpo camuflado en la sombra. Con una paciencia infinita y la ayuda de un estrecho palo, fue convenciéndola para que saliera al sol y se acomodara tranquilamente entre sus pequeños y hábiles dedos. Paciencia, tesón y persistencia tejen juntos un carácter que llevará muy lejos a este joven naturalista. Me queda mucho por aprender de él.
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