Hace trece años te sujeté por primera vez entre mis abrazos. Miré al fondo de tus ojos azabache y me enamoré. Se me encogió el corazón de tanto amor, de tanta responsabilidad. Trece años viéndote crecer y aprender. Trece años sorprendiéndome contigo, llorando contigo, riendo contigo. Trece años después y tus ojos negros aún me encogen el corazón de tanto amor, de tanta responsabilidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Cuéntame!