Normalmente no me atrae mucho la simetría, pero he pensado que tal vez la clave de la paciencia resida en el equilibrio de las fuerzas y las pasiones y los deseos que me tiran en sentidos distintos. A la derecha la hiedra invasora que inexorablemente va cubriendo todo, metiéndose por las grietas, buscando el agua, desbordándose. A la izquierda la tranquilidad racional, despejada, clara, marcando un límite infranqueable. Y en el centro, cual cuerpo calloso, el agua que sacia la sed, que riega la vida, que salpica, moja y refresca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Cuéntame!