miércoles, 17 de abril de 2013

paciencia III


La laguna de la paciencia nace de gotas que caen del espacio.  Vienen de ninguna parte y no tienen prisa por llegar.  Bajan tan lentamente del cielo que, si te sientas a verlas, nunca envejeces.  Los minutos y los años dejan de tener importancia.  En esta laguna no hay oleaje, parece que no pasa el tiempo.  Sin embargo, se mueve con un ritmo continuo mientras el principio y el final duermen en su fondo.


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