niño que se hace hombre

 

escalera de paciencia

 

 

Esta culebra escalera se escondía apacible en una pequeñísima rendija entre dos bolos graníticos.  Nadie podía sospechar su existencia ni diferenciar ese escondrijo de los otros cientos de bolos que salpicaban la orilla del pantano de Valmayor. Sólo un chico de casi nueve años con una sensibilidad exquisita para encontrar vida donde los demás solo vemos arena podía intuir que justo ahí descansaba esta culebra. La buscó y distinguió su delgado cuerpo camuflado en la sombra. Con una paciencia infinita y la ayuda de un estrecho palo, fue convenciéndola para que saliera al sol y se acomodara tranquilamente entre sus pequeños y hábiles dedos.  Paciencia, tesón y persistencia tejen juntos un carácter que llevará muy lejos a este joven naturalista.  Me queda mucho por aprender de él.

Camino de Uclés II

Un aprendizaje. La dulce recompensa de la cuesta abajo. El amigo, la charla, la palabra que anima. La brisa, el verdor, las huertas, el campo sembrado. El ritmo, la solitud, la paz.  La vega del río. Luchar, forzar, llegar.

Camino de Uclés

Un aprendizaje. Superarse, sobreponerse, plantearse un gran objetivo en pequeñas y alcanzables etapas. El dolor, el sudor, el llorar. Caerse, levantarse, volver a pedalear. Cansancio, piedras, viento. La ardua cuesta arriba.  

curva sobre curva

Curva sobre curva, giro sobre giro, se crea un espiral que sube que sube y se funde con el techo que se extiende y se derrama. Gota a gota vuelve a caer. Se desliza por los surcos del espiral ganando fuerza, acelerando, hasta que vuelve a subir, curva sobre curva...