No sé qué tiene el mar que me atrae tanto. Tal vez sea su inmensidad, su fuerza o su hipnotizante vaivén, pero jamás me canso de contemplarlo. Cuando estoy cerca de él, sueño con tener una vida con vistas al mar. Luego vuelvo al frenesí de la rutina diaria y se me olvida, hasta el próximo re-encuentro.
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