lunes, 4 de febrero de 2013

Racimo de cariño


Al cariño le gusta mucho que lo cuiden, que le echen semillas y lo rieguen a diario.  Si te fijas bien, cuando esto sucede nacen flores de los lugares más insospechados: en los bolsillos y las puertas, en las manos y los sombreros.  Para que crezca el cariño hace falta merendar un bocadillo de abrazos, con un poco de queso y un vaso de agua, porque a veces los abrazos son difíciles de tragar.  Después, es necesario comprar una cajita de caricias en la farmacia.  El tamaño familiar es más económico y los días impares regalan besos en las mejillas.